Adjuntamos una entrevista que nos ha realizado hace unas semanas el periódico El Día de Valladolid en relación al sector de construcción y reforma de viviendas;
Las empresas supervivientes de la crisis inmobiliaria se apoyan en el aumento de la demanda de reforma de viviendas y edificios para ir recuperando actividad y empleo
Artinor, empresa familiar creada en plena crisis (2011) para dar servicio a las comunidades de propietarios, ha encontrado también un buen nicho de negocio en las reformas de viviendas. Llegó a tener una quincena de trabajadores en plantilla, aparte de las decenas que emplea por oficios subcontratados, pero tuvo que quedarse con seis para sobrellevar los momentos más bajos del sector. Hoy, sin embargo, trabaja en siete obras al mismo tiempo: «Creo que es el mayor número que nos ha llegado a coincidir a la vez y probablemente ampliemos plantilla», celebra Pablo David Martín, de 39 años, socio y administrador de Artinor junto a su hermana.
Una obra civil en Íscar (soterramiento de una línea de alta tensión), otra de instalación de ascensores en la calle San Quintín y hasta cinco trabajos de mejora de viviendas de particulares: tres por dentro y dos por fuera; una en Zaratán y las otras cuatro en la capital. Y además, «siete u ocho» obras más que ya están aceptadas y pendientes de inicio próximamente. Así que trabajo no les va a faltar en lo que queda de año.
«Nosotros al menos sí que estamos notando que aumenta la demanda, hay bastante y la estamos llevando a buen puerto, y va creciendo según se acerca el verano», confirma Martín. «Y es verdad que sobre todo nos llaman particulares». De hecho, de los siete trabajos que tiene Artinor en ejecución, sólo dos han sido contratados por empresas. «El caso es que no sé si será por el boca a boca, por la publicidad de internet o por qué, pero ahí estamos».
Pero el presidente de la Asociación Vallisoletana de Empresarios de la Construcción (Aveco), Alberto López Soto, confirma que no es algo puntual y que las buenas sensaciones se están generalizando. «Desde luego que aún hay empresas con muchas dificultades, pero se ve más alegría». «En obra menor se nota el despegue y esperamos que las cifras se vayan superando año a año, que además en el parque de viviendas usadas hay muchas pendientes de arreglo y no todo es mirar hacia la obra nueva», subraya.
La base del negocio. Soto matiza que «últimamente» también hay empresas que «preguntan» a Aveco para tantear la posibilidad de nuevas promociones. Aunque al sector le mueve hoy sobre todo la reforma de edificios y viviendas usadas: «En Valladolid te sobran dedos si cuentas con las dos manos las promociones nuevas que hay». Los brotes de hormigón, «el tirón fuerte», se ve «en Madrid, algo de Levante, la Costa del Sol y un poco en Barcelona», pero no en la capital castellana o su entorno, según señala, aunque es posible que a medio plazo haya un poco más. «De momento por aquí debemos conformarnos con esto, con reforma y rehabilitación. Y habrá que acostumbrarse porque parece que será el grueso de la actividad de los próximos años, al menos en obra privada». Con la pública estaban «esperanzados» por las previsiones que se apuntaban, «pero no se están cumpliendo, así que por ahí tampoco». De momento.
Aun así, algo de empleo se está generando precisamente por la reforma y rehabilitación. «Los puestos de trabajo que se crean vienen de ahí pero, aunque parezca mentira, también hay muchas empresas que han aguantado personal como han podido en estos años, reduciendo jornadas y buscando pequeñas reformas aquí y allá», matiza para justificar que esa creación de empleo todavía sea moderada. Otra cuestión es la cantidad de puestos de trabajo perdidos por el cierre de más del 70% de las empresas del sector.
Los números cantan: la construcción contabilizaba en 2007 más de 30.000 ocupados en Valladolid, y ahora, según el último dato del INE (primer trimestre de 2016), son 8.400. Por el camino se quedaron más de 20.000 y con ellos, mucha mano de obra cualificada que hoy se echa en falta.
Descargar Noticia del Día de Valladolid